Nicolás Jaar, Matías Aguayo y Luciano están en su mejor momento:
popularidad en ascenso, encabezan las listas de la crítica y llenan sus
shows en vivo. ¿Quiénes son? Aquí un repaso.
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Luciano | |
“La mejor música del mundo”, “las canciones del mes”, “los mejores
tracks de enero, febrero...”. Los resultados hablan por sí solos. Uno
pone la palabra “Chile” en el buscador de música del prestigioso diario
inglés “The Guardian” y lo que aparece son puros elogios y aplausos. Y
los nombres propios que más se repiten son Nicolás Jaar, Luciano y
Matías Aguayo, quienes forman un tridente de alto vuelo en el mundo de
la electrónica actual.
Jaar (hijo del artista visual Alfredo Jaar), nació en Nueva York,
pero se crió en Santiago. Su LP debut “Space is only noise” (2011)
cosechó muy buenas críticas en todo el orbe y “The Guardian” ya lo puso
en su lista de los 20 artistas llamados a ser grandes este año. Su
música se ubica en el lado más experimental de la electrónica (muy
influenciado por el hip hop) y ha sido comparado con una de las nuevas
figuras del dubstep, el inglés James Blake. Su show en vivo en el South
By Southwest, realizado en una iglesia presbiteriana, fue considerado
uno de los mejores del festival. “Un fenómeno de culto”, lo define el
diario inglés, que destaca el carácter multirracial de su música.
“No puedo decirte cuántas veces la gente me ha dicho que mi música suena exótica y me dicen:
debe ser porque eres chileno. Y yo les digo:
Claro, crecer rodeado de simios por allá fue muy influyente. Los miro y me dicen:
¿en serio?. Y Yo:
Por supuesto que no. ¡No es una maldita jungla!”,
le dijo a “Pulse Radio”. “Soy francés, chileno, americano y palestino.
Nunca he pretendido hacer música con cierta identidad nacional. Mientras
más difusa es la línea entre mis influencias, más efectiva es la
música”, agregó en una entrevista con “Burlington Project”. “¿Cómo me
influyó Santiago? Me hizo más peludo y bronceado”.
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Nicolás Jaar |
Algo parecido sucede con Matías Aguayo. Nacido en Chile, pero
perteneciente a la nutrida colonia de músicos locales asentados en
Alemania, tiene ya dos aplaudidos discos: “Are you really lost” (2005) y
“Ay ay ay” (2009), ambos editados por el prestigioso sello Kompakt.
Constantemente involucrando sonidos latinos y el español como lengua
en buena parte de su catálogo, Aguayo se ha convertido en un fenómeno
crossover gracias a sus colaboraciones. Una de las más sonadas es con el
grupo Battles para su single “Ice cream” (en donde canta la frase “como
un helado derritiéndose”). Con ellos llegó a tocar en el festival de
Glastonbury del año pasado. Luego de eso, incluso estuvo en Maquinaria.
En el lado dance está el caso de Luciano. Hijo de padres chilenos,
aunque nacido en Suiza, inició su carrera en Chile a mediados de los 90 y
hoy en una de las grandes estrellas de la electrónica mundial. “The
Guardian” lo acaba de ubicar en el número cuatro de los 10 DJ’s más
solicitados de Estados Unidos, por encima de grandes nombres como Calvin
Harris, Richie Hawtin y Deadmau5; apenas detrás del fenómeno Skrillex,
del multiventas David Guetta y del taquillero Kaskade. Por estos días
está colaborando con Pharrell Williams (N.E.R.D.) y Lenny Kravitz.
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Matías Aguayo |
“La gente puede pensar lo que quiera. Hago las cosas con el corazón,
como siempre. Estoy pasando por mi mejor momento. Trato de hacer algo
diferente a los demás. Estoy incorporando melodía y voces y esa es la
dirección que quiero tomar. Quizás es música más popular, así, y mis
shows son cada vez más grandes, pero cuando algo se vuelve comercial
quiere decir que la gente lo está siguiendo y disfrutando. Ése es mi
mensaje”, dijo recientemente a “Resident Advisor”.